La facilidad de algunos es el esfuerzo de nosotras.
domingo, 19 de mayo de 2013, ♥ 2 hermosa(s)

A veces me pregunto por qué una persona gorda es menos querida que una flaca.
O el por qué de que mi amiga es mucho más flaca que yo, más querida, más deseada, más popular... 
Es muy delgada y come lo que quiere. Lo que desea. Dulces y grasas.
¿Y por qué yo como una barra de chocolate y siento cómo si hubiera engordado 2 kilos? Inusual, cansada de la rutina. De lo mismo. Me prometí hoy, no tocar nada de ese deseo de muchos.
¿Por qué yo no puedo comer y ella come de todo? Yo no soy la típica princesa Ana que dice que odia comer y etc. porque no sería yo. Este es mi blog, mi diario intimo y prometí confesar hasta mi último pensamiento. Comer es el paraíso. Los dulces son lo más rico que existe, las grasas le dan sabor a la comida. 
Yo lo comparo con el infierno.
Sí, el infierno. Es saciador, cálido, lleno de pecados, viene de abajo. Lo que todos quieren. 
Odio la comida por hacerme engordar. Pero la amo porque es deliciosa.
La odio más de lo que la amo, pero eso es un asunto aparte.
¿Para qué mentir? Ana me acompañó desde el comienzo de año. El 7 de Enero para ser mas exactos.
Y de ahí no lo dejé, no lo abandoné. 
Sin embargo, por mala genética salí como mi madre. Piernas gordas y flácidas. Culo gordo y sobresaliente. 
Nunca me atreví a usar remeras cortas, siempre largas para que me taparan el horrible acto que "Dios" había cometido conmigo. Lo injusto que había sido con mi aspecto.
¿Qué qué quiero? Eso es muy fácil.
Quiero que mis piernas no se toquen.
Quiero tener tallas más chicas de pantalón.
Quiero caminar y que la grasa de mis piernas no se mueva.
Quiero usar un jean y que la grasa no sobresalga de mi cadera.

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